Hemoglobina glicosilada (HbA1c)

La hemoglobina, es una proteína sanguínea de estructura cuaternaria, compuesta por tres fracciones principales, la A (la más abundante), A2 y la hemoglobina F.
De entre ellas, la hemoglobina A (HbA) puede combinarse con elementos como los azúcares, glucosa en mayor medida, dando lugar a glucohemoglobina o glicohemoglobinas. Esto lo convierte en un indicador fundamental en el diagnostico y evaluación del estado de los sujetos diabéticos.
Con ello, se puede afirmar que a mayor nivel de glucemia (azúcar en sangre, nombre coloquial), mayor será la adición de esta a la hemoglobina.

Por otro lado, como ya vimos en un artículo anterior (sobre diabetes y nutrición, publicado en este mismo blog), los hidratos de carbono supone el grupo de macronutrientes que más efectos negativos ejerce sobre este indicador. En especial los ricos en sacarosa y pobre es fibra. Es más, se ha observado que un bajo consumo de estos favorece el manejo de la patologia y un mejor control de los niveles de glucosa en sangre.
Del mismo modo, aquellos patrones alimentarios caracterizados por un mayor consumo de ácidos grasos monoinsaturados, proteínas vegetales y fibras parecen reducir los niveles de hemoglobina glicosilada.
Asimismo, numerosos estudios dan cuenta de que una reducción de un 1% de la HbA1c parece disminuir el riesgo de infarto hasta un 14%.
Finalmente, es importante tener en cuenta que un valor de hemoglobina glicosilada por encima del 6%, indica un mal control de la diabetes. Niveles que se traducen en serias complicaciones para la Salud (neuropatía diabética, retinopatía, entre otras).